Descubrir a Nourham fue como hallar un tesoro oculto. Llena de amor y pasión por la danza, nos trasmitió toda su dulzura y encanto a través de palabras y movimientos llenos de delicadeza y sentimiento.
Fuimos transportadas a los cabarets de comienzos del siglo XX donde el Orientalismo daba a conocer a los occidentales, con una imagen un tanto distorsionada, la cultura de los lejanos países de Oriente Medio; llenándolo de exotismo, misterio y sensualidad.
Una vez ambientadas en este escenario de telones de terciopelo, lamparas de araña y humo de tabaco; Nourham nos regaló nuevos movimientos, combinaciones y una elegante coreografía.
Tórtola Valencia La Bella Otero
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