Marrakech es una de las ciudades más importantes de Marruecos, situada al sur del país. Posee numerosos monumentos declarados patrimonio de la Humanidad.
La ciudad posee el mercado tradicional más grande del país donde nuestros ojos no sabían donde mirar, rodeada de todo tipo de tesoros, colores, y olores distintos en cada rincón.
Una de las mejores compras que realizamos fueron complementos y "joyería" Bereber para acompañar a nuestro vestuario de Danza Tribal.
Ahora si que podemos decir que poseemos verdaderos tesoros, aunque estos se basen en estar bastante desgastados y con muchos años de antigüedad. ¡ Y nosotras tan felices !
También vivimos la locura de la Plaza Djemma el Fna situada en el corazón de la Medina compuesta por vendedores ambulantes de todo tipo, tatuadoras de henna y al caer la noche se convierte en un gran escenario al aire libre músicos y encantadores de serpientes por toda la plaza. Se instalan decenas de tenderetes-restaurantes que sirven pinchos y platos tradicionales cocinados en el acto....Pero nuestra misión de comer kebab fue un fracaso absoluto :)
Sin duda alguna un viaje inolvidable y 100% recomendable. Lugares preciosos y gente amable. Aunque si se debe ir con otra mentalidad al tratarse de un país muy distinto al nuestro. Pero en nuestro caso no pasamos ningún momento desagradable, exceptuando una noche en la Plaza donde hay bastante más multitud que cuando es de día, todos quieren que te sientes a comer en su restaurante, te llaman, te siguen, te gritan, y te piden dinero por solo acercarte a 5 metros de un grupo de música...Así es la locura en la Plaza!!!